domingo, 22 de julio de 2012

Diez y seis



Nada es permanente.
Aquella seguridad que trae el quince acaba "secándose" por los hábitos, las costumbres....  se pierde la fluidez en aras de la seguridad, y esta acaba estropeando el vivir.....
Todas las seguridades, garantias, permanencias, un día se rompen y la persona vuelve a un vacio. 
Si la energía se canalizó bien desde el catorce, el vacío es una plenitud, pues han desaparecido las estructuras y la vida vuelve a fluir....




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