lunes, 4 de abril de 2011

Ventana

Desde el pequeño balcón de la sala veo tres montañas.


 En una de ellas está el monasterio de "Nostra Senyora del Mont", donde J. Verdaguer escribió su poema "Canigó".  Vale la pena acercarse. Cuando llegas a la cumbre -el camino es largo y empinado- encuentras un circulo de paisajes y horizontes de montes, valles y ríos, calas, pueblos, cultivos....y poco a poco el privilegio de subir allí va invadiendo el espíritu y armonizándolo con la naturaleza, con la sencilla y rica vida contemplativa que llevaban los monjes en esos monasterios.



No hace muchos días volví a la cumbre, con Dunia, que me había venido a ver desde Mallorca. Allí sentados, en el balcón de la naturaleza, estuvimos hablando de proyectos futuros. Acordamos preparar algún concierto para este verano. Ella quiere volver a sus cantos del alma. Que mejor lugar que acogerse a las pequeñas ermitas románicas de la comarca para poder volver a expresar esos acordes que la vida va impregnando en las personas y su vivir.

http://www.youtube.com/watch?v=1FqUB0fxpN0

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